sábado, 27 de julio de 2013

CUNDE EL PANICO



          Tirado en el suelo, un vaso de gaseosa, un cenicero lleno de envoltorios de dulces de sabores, una caja de las de pizza a domicilio, con la tapa levantada, con sendos trozos a medio comer. Un cartón de letras y letreros de la llamada Guija,  debajo de las patas de una silla, con una copa de vidrio que permanecía arrimada a una lámpara de gas que aun prendida, con el vidrio aun manchado de hollín.
          Carmelina, la sirvienta, entró a la habitación, a realizar su labor diaria de limpieza, se asombró ante el descomunal desorden, se detuvo por un momento a medio salón, recostándose sobre el palo de la escoba, se quedo meditando, movía su cabeza en un decir no, sobre lo que podría haber sucedido la noche anterior.
          Recogió la lámpara y la apagó, luego con la caja de comida, la colocó sobre un escritorio, volteando a ver como quien dice sino hay nadie, agarró un pedazo le dio una mordida, luego lo envolvió en una servilleta guardándolo en el bolso de su delantal. Como que el bocado de la pasta le había producido la energía necesaria para principiar, agarró fuerza, campantemente se puso a barrer el espacio, juntando las otras cosas que se encontró regadas, al observar la tabla de cartón del juego, lo vio, luego lo dobló en dos,  poniéndolo en la repisa junto a la ventana de la habitación.
          En el pasón de las hebras de raíz de la escoba, topó con la copa, esta rodó, hasta meterse debajo de un librero que se recostaba en la esquina, diligente se agachó y metiendo la mano debajo del mueble, no alcanzó a encontrarla, por lo que recostó la cara cerca del piso, sin lograr verla. En ese instante un calofrío le recorrió el cuerpo, que la hizo levantarse de un brinco, se retiró, se tornó temerosa, asustada, pero viendo la necesidad de terminar su oficio repasó un tanto aligerada los arrastres con la escoba sin llegar a todos los rincones. Esa espinita de intranquilidad le quedó en la conciencia,  se apresuró en colocar las cosas en su lugar y en un decir amén y sin sacudir los muebles, abandonó el cuarto.
          Al filo de las 2 de la tarde, las dos niñas, por cierto, gemelas de 14 años, regresaron bulliciosas de su día de escuela. Comentaban, entre otras cosas, las miradas del chico de la cuadra, los piropos del muchacho de la clase del grado superior, a quien calificaban de cuadrado, en fin en tono de sonrisa, con la alegría que les caracterizaba, ingresaron aun vestidas  en sus cuadriculados uniformes escolares de celeste y blanco, su felicidad expresaba su calidad de vida, así como su feliz del acontecer del día.  Penetraron a su habitación, de donde pasados unos cuantos minutos ambas salieron coquetamente transformadas, jeans apretado y sudadero de última moda con el escudo de la Universidad la una,  la otra pantaloncitos cortos a medio muslo, con un top color turquesa, que le cubría discretamente el sostén de sus incipientes senos.
          Directo al comedor donde la madre les esperaba con la comida servida, después de mostrarle su cariño y un tierno saludo, se dispusieron en sus respectivos sitios alrededor de la mesa.
--- Niñas….como que se durmieron ya tarde anoche, verdad? ---
--- Si, mamá, estudiando, además que le teníamos que ayudar a Luky con la presentación que tiene que hacer el próximo lunes.---
--- Y seguro que se quemaron las pestañas.--- insistió jocosamente.
--- Claro madre, o acaso no somos buenas estudiantes?---
--- Hummm.....!, me imagino. Oiganme Y que tanto hacían que les escuchaba en una gran alharaca y gritería a eso de la media noche.
--- Es que en un rato de descanso, nos pusimos en el suelo a contar cuentos, luego dispusimos jugar con la guija, apagamos la luz y con la llama de una lámpara, nos apostamos recostadas en el piso,  a media luz… No se imagina que fue lo nos pasó….
          “Acostadas en una alfombra, las tres chicas, curiosamente experimentaban, con una pequeña copa de vidrio sobre un tablero de letras, La Guija, habían colocado cada una de ellas su dedo índice sobre la orilla del vaso pequeño, luego de un rato de estar chanceando con risas y bromas, asombradas se percataron que la copa se movía por si sola, recorriendo todo el espacio del alfabeto y los monosílabos de SI y NO en las esquinas de la tabla. A un principio se asustaron, pero lo fueron tomando con tranquilidad, conforme adquirieron confianza, principiaron a hacer preguntas, se les veía realizadas al obtener respuesta.
          Siempre con el friíto que les soplaba por el cuello, se les ponía la piel de gallina, pero le hicieron valor para inquirir por los chicos que les parecían guapos, enamorados mas adecuados, candidatos para noviazgo, las respuestas fueron cada vez mas agresivas y temerosas, hasta llegar al punto que les dio miedo, por lo que ellas trataron de suspender la sesión, pero la copa siguió en frenético movimiento apuntalando letras, formando palabras y frases que seguía en voz alta una de las muchachas, que parecía estar en trance.
          El rechinido de la apertura de una puerta, les hizo asustarse de gran manera, las tres entonces se abrazaron, al dirigir la mirada hacía donde se había producido el ruido no lograron ver nada, el vasito como loco se colocaba en el centro, como quien quiere seguir insistente en la comunicación a través del texto, que les reflejaba.
---Queremos saber con quien nos comunicamos…--- fue la pregunta de una de las niñas..
          Temblando de miedo hizo que una de las gemelas se soltara en llanto, mientras Luky, se tapaba los ojos con ambas manos. La mas valiente, atenta a los movimientos, enclavó los ojos en el tablero. Siguiendo los movimientos de la copa, esta se arrastró sobre el cartón posándose en las siguientes letras:  M, corrió al otro extremo y se colocó en la U, luego la E, seguidamente  la R, la T por último retornó a la E.
---La MUERTE! --- Gritó desaforada, mientras un manto de humo negro se posó indeleble sobre el espacio dando una sensación de vacío. El vasito dio vuelta y luego rodó junto a la lámpara.
          Los gritos mas sensación de espeluznante miedo, las hizo que se levantaran muertas de pánico y desbocadas se corrieran a refugiar en la habitación del dormitorio, escondidas dentro de las chamarras de una de las camas, el trío se aculó, mientras un misterioso ruido de arrastre de cadenas les confirmó la presencia de algo sobre natural. Una voz de ultratumba resonó en pasillo.
--- ¡NO DEBERAN DE JUGAR CON LOS ESPIRITUS, DEJENLOS DESCANSAR EN PAZ! ---
Y todo volvió a la calma.”

--- Fíjese pues mamá….
          La señora dando muestras de incredulidad, salió con la siguiente charada.
---Seguro que a la tal Luky nunca mas le van a dar permiso de venir a quedarse a dormir, NO vino a estudiar, llevaba las ojeras de desvelo hasta los cachetes y de ajuste la asustaron.---
--- Será mama, que eso es posible.---
--- Bueno que les quede de lección que deben de no meterse a jugar esas cosas.
          En el letargo de la entrada de la noche, un leve moviendo se produce en el estudio, una copa rueda desde el interior de la base del mueble y se deposita boca abajo, en el centro de la habitación, marcando el punto del portal del miedo.





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